La obesidad puede parecer fácil de explicar. Si una persona consume más calorías de las que necesita, aumentará  de peso. Pero la verdad  es que no es tan simple. Y es más que una cuestión de peso.

La obesidad es una enfermedad crónica compleja, y perder peso no es sólo una cuestión de comer menos y moverse más. De hecho, la obesidad puede verse influenciada  por la genética, la fisiología, el medio ambiente, el trabajo y la educación, y lo que  sucede en el cerebro.

Comprender estos factores es fundamental, porque la obesidad está asociada con  otras enfermedades,  incluida la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Por no hablar del estigma y el prejuicio que millones de personas sufren todos los días.

Pero con la atención adecuada, las personas con obesidad pueden lograr pérdida de peso sostenida que realmente marca una diferencia en su salud.

Referencias

1. World Health Organization. Obesity and Overweight Factsheet no. 311. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/en/. Última fecha de acceso: Septiembre 2020.

2. World Health Organization. Obesity and Overweight Factsheet no. 311. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/en/. Última fecha de acceso: Septiembre 2020.

3. Novo Nordisk. Obesity: Obesity is a serious chronic disease. Available at: https://www.novonordisk.com/disease-areas/obesity.html. Última fecha de acceso: Septiembre 2020.

4. World Obesity Federation. Healthcare cost of consequences of high BMI. Disponible en: http://docs.wixstatic.com/ugd/6599c5_2a8fa0968efd4854b74f399abb3078c0.pdf?index=true. Última fecha de acceso: Septiembre 2020.

La obesidad está influenciada por muchos factores tanto dentro como fuera del cuerpo. Una persona podría nacer con una tendencia de aumentar de peso. Así como alguien nace con un color de ojos particular.

También está el aspecto fisiológico. Cuando una persona come, las señales hormonales del estómago y el intestino se traducen en sentimientos de hambre reducida y mayor saciedad. Esto controla la ingesta de alimentos de una persona.

Durante la pérdida de peso, el nivel de hormonas puede cambiar en un intento del cuerpo de recuperar el peso perdido. Como resultado, los estudios muestran que sólo alrededor de un tercio de las personas mantienen con éxito su peso perdido.

Muchos aspectos del bienestar general, el medio ambiente y el estilo de vida de una persona también pueden causar aumento de peso. El lugar donde vive una persona y la cultura que la rodea también pueden influir en el riesgo de desarrollar obesidad.

Por lo tanto, aunque muchas personas con obesidad creen que deben ser capaces de controlar su peso por sí solas, no es tan fácil.

Para entender la obesidad, debemos entender lo que está sucediendo en nuestro cerebro. Parece que nuestros cuerpos están programados para conservar estas calorías adicionales, probablemente porque durante miles de años, fue un mecanismo básico de supervivencia.

Por lo tanto, las personas que viven con obesidad tienen dificultades para bajar de peso. Sus cuerpos luchan para volver a su peso inicial. Lo que sucede en el cerebro, es como si hubiera un interruptor que ajusta el gasto de energía de una persona hasta que haya recuperado los  kilos perdidos.

Estamos tratando de identificar exactamente en qué parte del cerebro se podía ubicar tal interruptor, explorar si es algo que podríamos abordar con un medicamento. Para que un día, podamos ayudar a las personas con obesidad a 'restablecer' su peso a un nuevo punto de partida más saludable .

Si tenemos éxito, podríamos ayudar a millones de personas que viven con obesidad.

Nuestro objetivo es ser la fuerza líder en la ciencia detrás de la obesidad.

Reconocemos la importancia de la hormona GLP-1 natural que produce el cuerpo. Continuamos descubriendo la relevancia y el rol que esta hormona desempeña en nuestro cuerpo para lograr una pérdida de peso exitosa. Por ejemplo, después de que una persona ha terminado de ingerir alimentos, la hormona GLP-1 se libera y envía una respuesta al cerebro que ayuda a regular el apetito y aumentar el efecto de la saciedad.

Durante varios años, nuestros científicos han estudiado cómo la hormona GLP-1 influye en la regulación del apetito y nuestro propósito es continuar investigando cómo esta hormona estimula una pérdida de peso duradera.

Actualmente, estamos investigando las siguientes áreas:

  • Reducción de peso en un 20%
  • Beneficio cardiovascular